En los últimos meses, Estados Unidos ha sido testigo de un aumento significativo en la llegada de migrantes venezolanos a su frontera con México. En septiembre, aproximadamente 50,000 venezolanos cruzaron la frontera sur de EE. UU., lo que representó alrededor de una cuarta parte de todas las detenciones de la Patrulla Fronteriza en ese mes.

Hasta ahora, los venezolanos deportados eran enviados a su país de origen a través de Colombia y otros países debido a las tensas relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, recientemente, el gobierno de Caracas confirmó la firma de un acuerdo con Estados Unidos que permitirá la repatriación ordenada de los venezolanos deportados.

Esta nueva medida no solo afecta a los venezolanos que aún no han cruzado la frontera, sino también a cientos de aquellos que ya están siendo procesados dentro del territorio estadounidense. La Casa Blanca ha identificado a personas bajo su custodia que serán expulsadas en los próximos días, ya que no han podido demostrar una base legal para permanecer en Estados Unidos.

A pesar de la crisis económica y social que ha afectado a Venezuela en la última década y que ha resultado en una importante ola migratoria, Estados Unidos ha reconocido a Nicolás Maduro y ha impuesto sanciones económicas debido a las violaciones de derechos civiles y políticos. A pesar de estas tensiones, ambas naciones han llegado a un acuerdo sobre las repatriaciones, aunque los detalles del acuerdo no se han hecho públicos.

Esta nueva medida se produce al mismo tiempo que Estados Unidos anunció la construcción de 32 km de vallas en la frontera con México, con el objetivo de limitar el flujo de migrantes en el sur de Texas. La decisión ha generado críticas y ha sido vista como una continuación de la política migratoria de la administración anterior.

La migración vuelve a ser un tema políticamente relevante en Estados Unidos y se considera un asunto clave para las elecciones presidenciales de 2024. El presidente Joe Biden enfrenta presiones de diferentes frentes con respecto a su política migratoria, que algunos califican como "puertas abiertas".